ahora comprendo este advenimiento de los soles
que se tajan, se vuelven rodajas de una misma piel
y solo tres lenguas pueden pronunciar sus aguas
cuando se disuelven si es que se disuelven
por eso esta decisión de ser colibrí
casa, agua y tierra
que danza tras la poesía
tras la creación de toda está luz opaca
que aguarda la fuga
la caída de las constelaciones neptunianas
o el regreso
a una forma infranqueable
donde su significación sea escasa
polvo que construye cortinas
y se queja
ahora entiendo señor, sí, solo ahora entiendo
que este advenimiento ha sido para recibirme
para dejar de lado lo más líquido de mi fuego
y descongelarme
como en las notas que palpa el jazz
y ser algo que se mezcle a otro algo
como si solo fuera una estrella que se desprende del hilo rojo que teje
y teje y teje
la jugada precisa de los iracundos rayos
de los solitarios dioses que se presentan en mareas secas
secas inundaciones que se advienen
que se presentan
que me saludan
-allá va la lengua, en el congelador
se le calló el signo, se le cayó el significante
mire, vuelva
que los soles lo recojan-
ahora entiendo que el silencio es una espora que se desprende del agua calma
ahora sé que los soles fueron hijos de la lluvia
ahora entiendo que la esfera es un triangulo que desciende a los portones derretidos
solo con el advenimiento de los soles he comprendido que la noche no existe
y que nada es verdadero
que la poesía aún no nace
y que yo, realmente no sé que estoy escribiendo
por eso,
a favor de concordia
de que la lengua recupere el signo
y este la abrace como amante
y la penetre con el fuego del sentido
yo me callo
yo procuro silencio
yo procuro viaje a todo lo que fue dicho
y desciendo: silencio, silencio
sssshhhsssssshhhh